MISS MORDOR Y EL CASTILLO DE LÁMANCHI


Overtoun Bridge - Dumbarton (Scotland)  (Take by Alan Third)

Son las 02H00 de la madrugada, faltan 30 minutos para la cita, reviso de nuevo la daga en el cinturón, el látigo, el suero, los guantes, las hebillas de las botas y subo la cremallera de la cazadora hasta el pecho, estoy en forma y me siento bien, quiero pensar que sólo es un trabajo, pero hoy es diferente, si algo sale mal Mike morirá, si es que no ha muerto ya.
Cierro la puerta y dejo la llave encima del marco, bajo corriendo y salgo a la calle, la noche es serena, la luz de la Luna rompe la niebla y el asfalto mojado refleja los edificios monstruosamente, y al correr, desdibujo los espejos a cada paso, veloz, saltando, me dirijo a las afueras y cruzo el bosque de robles, hayas y abedules hasta llegar al Puente Robado, gigante, un acueducto de piedra de más de mil años que conduce a la entrada del Castillo de Lámanchi, nuestro objetivo.
El silencio me inquieta, el aire peina el suelo, pero no oigo nada, ni un aullido, salto hasta la copa del roble más próximo y espero a los demás.
No tardan en llegar, primero Greatfort, alto, elegante y musculoso, un peso pesado, su larga melena castaña cae sobre la munición cruzada en su torso. En el hombro su rifle M14 y en la mano la Glock-22; y justo cuando bajo y le saludo con una sonrisa, llega Blondspirit, si no fuera por sus orígenes suecos, las botas con puntera y el puño americano, podría definirle como un Ninja; ágil y silencioso, es el mejor lanzando estrellas Shuriken. Ya estamos los tres, nos falta Mike para completar el grupo de asalto, es el piloto y experto en artefactos, hace unas horas le cogieron los gorilas de Marc Kalister, durante una de nuestras redadas en su centro de operaciones. Habían pillado a nuestro infiltrado y obligado a darnos información falsa, tuvimos suerte que sólo quedara atrapado él.
Mi único temor… que lo hayan torturado los soldados que lo custodian.
Corren rumores de que el jefe, un tal Brokenbone, cruel y sanguinario, oprime al adversario hasta asfixiarle y partirle la osamenta, dicen que lleva el hueso del dedo anular de su esposa muerta en un colgante, pero de todos los que conozco, sólo Blondspirit le ha visto, y me aconseja no enfrentarme a él.
Volvemos a repasar el plan, confirmamos horas y empezamos a bordear la muralla que rodea el Castillo, hasta llegar al lado oeste dónde hay una segunda entrada para comerciantes y lacayos. Salto por las ramas de un abedul y una vez arriba, con la ayuda del látigo me balanceo hasta la tapia, desciendo cuidadosamente por el lado interior del muro buscando las sombras; los nervios hacen que oiga latir mi corazón como si fuera un tambor. Al llegar a la puerta veo a un vigía sentado a un lado, medio dormido, cojo la daga y la lanzo con todas mis fuerzas contra su cuello, sólo puede abrir los ojos antes de gorgotear muriendo. Nunca me acostumbraré. Abro la puerta y recojo el cuchillo mientras entran, lo limpio en sus ropajes y me uno a ellos hacia los pasillos.
Blondspirit va delante, es el único que ha estado antes en el castillo. A paso ligero recorremos los pasadizos de un gris apagado, desdibujado por nuestras sombras al pasar delante de las lámparas, hasta llegar a una encrucijada de tres túneles más estrechos; tenemos que separarnos, él irá por el de la izquierda, mientras Greatfort y yo seguiremos por el del medio, son los dos que van a los calabozos.
Hay silencio absoluto, pequeños focos iluminan vagamente las paredes. De repente se abre una puerta y salen dos guardias, armados, Greatfort temerario, me lanza la Glock mientras con una mano apunta el rifle hacia el primero y le dispara en la cabeza, a la vez, veo que el otro le apunta a él y sin vacilar, vacio medio cargador corriendo hacia él por la pared, hasta que cae al suelo. Compruebo que están muertos, y de golpe se dispara la alarma, gritos de soldados por todas partes, ruidos de botas, golpes secos de puertas,… saben que estamos aquí, seguro que intuyen quién somos y a qué venimos, tenemos que darnos prisa, antes de que vayan todos a las mazmorras.
Corremos hacia el final, abriendo puertas, el ambiente cada vez es más frío, los gritos se acercan, la tensión se palpa, hasta que giramos una esquina y allí están, son cinco, nos están esperando delante de la última entrada, armados, deben estar a unos tres metros, el espacio es reducido, con el látigo desarmo a dos, y me lanzo a por ellos con la daga, Greatfort dispara a la vez rifle y pistola contra los otros, me agacho para esquivar un puñetazo y le clavo el cuchillo en el muslo a uno, mientras al otro le hago tropezar con la pierna, me levanto y girando, le degolló la garganta al que está de pie y sin parar, bajo con fuerza, apuñalando al otro directamente al corazón. Respiro acelerada, la adrenalina corre por mi cuerpo, al levantarme veo que Greatfort se ha cargado a los otros tres… perfecto!... queda poco tiempo, abro la puerta y allí está, en el suelo, con la ropa empapada de sangre, al oír mi voz llamándolo abre los ojos y sonríe – Has tardado mucho, pequeña! – Me alegra verle de buen humor, le miro las pupilas, no está drogado, saco la jeringuilla con suero y se la clavo en el brazo, alzo la mirada y me cruzo con sus ojos verdes, algo no encaja, está distinto, creo que se lo han hecho pasar mal, le miro complaciente y le beso en la mejilla, Greatfort nos apremia, hay que salir pitando de aquí, le ayudo a levantarse, y aunque cojea un poco, anda bien, Mike le pide la pistola a Greatfort, y salimos de la celda.
Al girar hacia el pasillo, nos encontramos el rastro de Blondspirit, unos diez soldados en el suelo, algunos con estrellas afiladas clavadas por doquier, sorteamos sus cuerpos hasta llegar al patio, y allí está él, esperando, por fin los cuatro juntos! Ahora tenemos que salir de la fortaleza. Hay hombres por todas partes, la puerta por la que hemos entrado está confinada por unos doce soldados armados, oímos voces de los que se acercan por los túneles, rodeamos el patio hacia unas escaleras, pero al llegar allí, lanzan una red y atrapan a Greatfort, nos dice que sigamos, que él se encarga. Mientras subimos, veo cómo se levanta y gira, llevándose a su paso a los que intentan sujetarle, como si estuvieran en un carrusel, me río y sigo corriendo tras los otros, bajo la lluvia, el suelo está enfangado y resbaladizo, al llegar a lo alto del muro, estamos rodeados, al menos hay treinta guardias entre arriba y los que nos persiguen, Blondspirit, salta con un doble mortal hacia el patio rajando la red con una estrella afilada, él y Greatfort se encargan de los de abajo, Mike y yo, espalda contra espalda, de los de arriba; aunque tiene la Glock, le doy la daga a él y yo, con el látigo, voy desarmando y atizando a los que salen por todas partes.
Durante unos minutos eternos, seguimos luchando cuerpo a cuerpo, acabando con ellos, y cuando creo que ya lo tenemos todo controlado, recibo un puñetazo en la mandíbula y salgo disparada contra la pared, sacudo la cabeza para despejarme y cuando me levanto noto que me agarran por el pelo, intento soltarme pero no puedo, es un armario, cuando me lo permite, me giro y le veo, parece de cartón piedra, lleva una especie de hombreras de piel hasta la cintura, anillos enormes y unas cadenas negras de lado a lado. Alzo la vista y veo el hueso en un colgante de oro, rodeando el cuello enorme, como su cabeza calva, sus ojos oscuros me desafían con odio, intento golpearle, soltarme, pero no puedo, me duele el cuero cabelludo, parece que me lo vaya a arrancar con una sola mano, no tengo el látigo, ni llego hasta su cuerpo para luchar, alza la otra mano y cierra el puño, cuando veo venir el golpe mortal, se cruza el cuerpo de Greatfort y lo agarra con todas sus fuerzas, y del impulso caigo al suelo rodando hacia el patio, por suerte Mike me frena y evita que me lance al vacío, ayuda a levantarme, me giro y veo a Brokenbone con seis estrellas clavadas en el cuerpo y abrazando a Greatfort, quién tampoco puede soltarse, sólo quedamos los cinco, Mike ya no tiene munición, Blondspirit tampoco estrellas, yo no encuentro el látigo, y entonces, Greatfort grita como una bestia y consigue abrir los brazos tenaza y retirarse lo justo para disparar el rifle y reventarle el estómago. Brokenbone se tambalea hacia él con las manos en el vientre, pero está mal herido, pierde el equilibrio, retrocede y cae gritando hacia el exterior de la muralla, despeñándose a unos cincuenta metros. Oigo el ruido seco de su cuerpo al golpear contra el suelo.
De nuevo el silencio, y viendo que no queda nadie en pie más que nosotros, nos miramos triunfantes y nos abrazamos unos a otros. Dejo a Mike para el final, me acerco y me rodea la cintura con un brazo, mientras con la otra mano me acaricia los cabellos, y nos besamos, cálidamente, sin amor, pero con deseo.
Greatfort carraspea interrumpiendo y se mofa de nosotros con Blondspirit, le doy un puñetazo cariñoso en el pecho y partimos para casa, ha sido una noche muy larga.

Dedicado a @sheisandy_ mi follower núm. 100… espero que te guste…
Tema: Acción Palabras: luz, sonrisa, temor, nervios, gris, temerario, frío, distinto, lluvia y cabellos

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